Nos emociona compartir este espacio de conexión y reflexión, una parte más íntima de nuestro viaje más allá de los paisajes y la aventura de este estilo de vida. También de las transformaciones internas que hemos experimentado, porque al final descubrimos que el camino que siempre hemos recorrido ha sido hacia dentro.
"Rodando en el camino" no es solo un proyecto de Vanlife, es un viaje de transformación que nos ha enseñado a encontrarnos a nosotros mismos y desarrollar nuestras habilidades.
Hoy quiero llevarte conmigo en esta historia de renacimiento y descubrimiento.
¿Cómo vivir viajando se transformó en un proyecto?
Todo empezó con una loca idea, algo con lo que ni siquiera llegamos a soñar jamás. Nuestra visión de la vida era muy convencional: nos conocimos siendo jóvenes, nos independizamos, reformamos nuestra casa, mientras trabajábamos y terminábamos de estudiar. Estábamos creando la vida que se suponía "debíamos" tener, buscando estabilidad, tranquilidad y comodidad.
La rutina y la necesidad de cambio...
4 años después, nos encontrábamos envueltos en una rutina que no podíamos sostener, tampoco nos motivaba, vivíamos sintiendo que nunca teníamos tiempo y el cuerpo somatizaba todo lo que nos pasaba internamente.
Hacía tiempo que hablábamos entre nosotros de que no queríamos más ese ritmo de vida, pero comenzaron a surgir muchas dudas existenciales y decidimos trabajar en nosotros mismos para encontrar las respuestas.
Vivir para estudiar, trabajar y dormir para nosotros no era satisfactorio, aunque tenía su lado bueno y sabíamos que esas etapas de la vida son para todos desafiantes y desgastantes. Nosotros preferimos tomar decisiones que nos movieran de donde estábamos. Una de ellas fue formarnos en técnicas y herramientas para equilibrar nuestro bienestar mental y emocional.
¡De verdad fueron muy útiles en el proceso, sí que las necesitamos!...
Al poco tiempo ya éramos más consientes de que necesitábamos un cambio en nuestro ritmo de vida, así que dedicamos unos meses a la búsqueda incansable de los datos que nos faltaban para tramitar la ciudadanía italiana de Leo y probar mudarnos a España. Era una de las opciones que teníamos y decidimos probarla. Nos casamos el 12/11/2019, bien impulsivos como siempre.
La pandemia y la transformación.
3 meses después de casarnos y estar en trámites con la ciudadanía, anunciaron la cuarentena y nosotros estábamos de vacaciones en el lugar más espectacular de Uruguay, CABO POLONIO. Pensamos más de una vez:" Ya fue, nos quedamos acá", pero como dicen por ahí, después del caos, surge lo nuevo.
La locura empezo volvieron a invadirnos las preguntas con una mezcla de miedo, incertidumbre y la tristeza por estar distanciados de quienes amamos.
Esto nos dio mucho tiempo para pensar y conectar con nosotros mismos. Decidimos valorar y apreciar mucho más los momentos de disfrute y seguir lo que sentíamos. Ahí fue cuando nos propusimos salir a vivir viajando por America.
En dos meses habíamos vendido el auto y nacía este proyecto de probar un estilo de vida en movimiento. Sin saberlo, nos alineábamos con el cambio que estábamos buscando y nos preparábamos para una profunda transformación.
Desafíos y ángeles en el camino.
El 30 de julio de 2021, solo dos meses después de haber vendido el auto y comenzado la búsqueda, llegó a casa la chata. Desde ese primer día, nos pusimos manos a la obra con las herramientas que teníamos y un entusiasmo enorme. La desmontamos por completo en cuestión de días.
Cuando empezamos a ver cómo estaba realmente la chapa, se nos estrujó el corazón y nos dolía la cabeza tratando de encontrar una respuesta clara. ¿Qué carajos hacemos con esto?...
Comenzaron los desafíos, se removieron muchas emociones y agotamos una enorme cantidad de energía extra para empezar la restauración. Aunque siempre buscamos mantener una actitud positiva, la magia comenzó a surgir cuando llegaron los ángeles del camino.
Los conocerás pronto porque los mencionaré en los próximos artículos.
Hubo días en los que nos sentíamos muy abrumados por la cantidad de cosas por resolver, y otras veces dudábamos de nuestras habilidades, pero con cada desafío superado, nos sentíamos más fuertes y reafirmábamos la creencia de que esta locura era posible.
No estábamos simplemente restaurando una camioneta, estábamos redescubriendo nuestra increíble capacidad de resiliencia, desarrollando la paciencia y la creatividad.
La luz al final del camino.
Recuerdo la etapa en que hicimos el motor y volvieron a encender las luces después de 4 meses en terapia intensiva. El patio se iluminó, al igual que los ojos de Leo, Diego, el mecánico y su familia que estaban acompañándonos. Los miré, mi corazón latió con fuerza y sentí que por fin habíamos encontrado nuestra luz. Fue un recordatorio de que los momentos oscuros no son eternos, a veces estamos arriba de la ola y a veces abajo solo hay que conocernos más para aprender a surfearla.
Este proceso nos enseñó más de lo que imaginamos. Aprendemos a identificar nuestras propias necesidades, a detenernos cuando nos sentimos agotados, a respetar nuestros límites saludables y apreciar los pequeños avances, disfrutando del proceso y soltando las expectativas perfeccionistas del resultado final.
¡Y sabiendo que esto es algo de todos los días para cualquier persona, por mas que uno no se dé cuenta, este proyecto fue nuestro espejo todo este tiempo y sí que nos ha desafiado!
Una transformación completa.
Entendimos que la transformación no es un destino, es el propio camino, todo lo que transitamos hasta redescubrirnos de forma consiente en lo nuevo. Al igual que la chata, todos podemos renovarnos, encontrar nuevas versiones de nosotros mismos y abrirnos a nuevas posibilidades de ser más de lo que alguna vez imaginamos.
Falta poco para que salgamos a probar al cien esta vida viajera, para seguir descubriendo, conectando con ustedes en el camino y compartir este viaje de transformación en todas sus versiones.
Queremos que nos acompañes de cerca, para que encuentres en estas historias inspiración para cuestionarte tu propio camino. Porque, querido integrante de la manada, no se trata de rodar solo por carreteras. Se trata de movernos hacia una vida que realmente nos haga sentir presentes y vivos.
El sueño de restaurar una camioneta se convirtió en mucho más. Los sueños son la puerta de entrada a un viaje de autoconocimiento y de amor propio.
En esta nueva etapa del camino, compartimos las herramientas que nos ayudaron a cuidarnos, aprender a tener una perspectiva optimista ante las circunstancias de la vida, liberarnos de nuestras creencias limitantes y encontrar formas de buscar siempre una solución.
Si esta historia te gustó, nos encantaría saberlo.
Queremos que ahora nos compartas tu experiencia y qué tipo de herramientas te han ayudado a transformar tu vida.
¡Déjanos un comentario y comparte tu historia!
NOS VEMOS PRONTO, rodando en el camino.
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